Ante la inminente entrada en vigor del registro salarial por sexos, desde UPA Granada defienden que no es una herramienta útil ni aplicable al sector agrario para combatir la brecha salarial entre hombres y mujeres. Los sueldos en el campo no atienden a género, sino a la categoría profesional y a la actividad que cada persona desempeña, por tanto, sólo servirá para aumentar la carga burocrática en las explotaciones.
UPA Granada critica que el registro salarial por sexos del Ministerio de Trabajo vaya a ser una herramienta útil para su fin ni aplicable en el sector agrario. “En el campo, los salarios que perciben los hombres y mujeres no van en función de su género, sino de la categoría profesional que tienen o la actividad que desempeñan, quedando las cuantías estipuladas en el convenio vigente en cada provincia”, ha defendido Nicolás Chica, secretario general de UPA Granada.
Y es que entra en vigor el reglamento que desarrolla el registro salarial por sexos, un instrumento que pretende combatir la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, que supone que, anualmente, ellas cobran de media 5.526 euros menos. Así mismo, finaliza el plazo que se había dado a las empresas para tener listo dicho registro. Todas las empresas, independientemente de su actividad o volumen, estarán obligadas a incluir a toda su plantilla en este registro.
Ciertamente, en el campo y en la industria agro-alimentaria, hay determinadas tareas que tradicional y mayoritariamente, son realizadas por mujeres, como puede ser el manipulado de productos hortofrutícolas, pero el sueldo que perciben está condicionado por la categoría de su trabajo, independientemente de su sexo. “Un hombre y una mujer desempeñando un mismo trabajo en el sector agrario, reciben el mismo salario, tal y como recoge el convenio que regula su actividad.”, ha explicado el secretario de UPA Granada.
Desde la organización agraria, consideran que la puesta en marcha de este registro salarial por sexos no va a contribuir significativamente a reducir la diferencia salarial entre los hombres y mujeres del campo, por los motivos explicados anteriormente. Es más, creen que simplemente va a suponer una carga burocrática más para las ya saturadas pequeñas y medianas explotaciones agrícolas y ganaderas.
“En lugar de esta herramienta, animamos a las administraciones competentes a la aplicación de otras medidas que impulsen y faciliten la incorporación de las mujeres jóvenes a la agricultura, así como el acceso a la titularidad de las explotaciones, mucho más necesarias para romper las desigualdades existentes en el sector agrario, muy masculino y envejecido, y en el que se ha dado poca visibilidad y entidad legal a tantas mujeres que trabajan y han trabajado en la actividad agraria, sin reconocimiento de ningún tipo”, ha zanjado Nicolás Chica.